
Endorsements: el aval 2.0
“Dado un número suficientemente elevado de ojos, todos los errores se convierten en obvios”. Cuando Linus Torvalds, creador de Linux, pronunció estas palabras hace unos años, probablemente no era consciente del peso que tendrían actualmente, ya no solo en el ámbito del software libre sino también en el campo de los Social Media.
Bautizada por Eric Steven Raymond como la Ley de Linus, el mensaje de Torvalds indicó a muchos el camino a seguir para implementar efectivos sistemas de evaluación basados en la comunidad. En ese sentido, el portal de viajes TripAdvisor empezó a delegar en la fuerza de sus usuarios la responsabilidad de calificar hoteles y restaurantes. Wikipedia hizo del trabajo en equipo su seña de identidad, convirtiéndolo en una garantía que consigue que sus contenidos gocen de una calidad notable, al estar avalados por una legión de colaboradores que vela por su corrección e integridad.
No descubrimos nada nuevo si decimos que el peso de la comunidad para ser juez y parte es la esencia de la web 2.0, pero quizás merezca la pena hablar de un paso más en el entorno digital. Un nuevo horizonte en el que algunos pioneros como Linkedin y otras plataformas de contactos profesionales parecen haber encontrado un nicho por explorar. Nos referimos a los endorsements o confirmaciones. Un sistema por el cual un usuario puede acreditar las habilidades o skills que otro usuario dice poseer.
De la misma manera que para solicitar un crédito al banco necesitamos un aval, encontrar un trabajo como freelance será mucho más sencillo si contamos con el respaldo de varias confirmaciones en las aptitudes que mejor nos definen. Este hecho añade un plus de calidad a nuestra expertise y aporta valor a nuestro currículum digital. Ya no somos nosotros únicamente quienes nos definimos, sino que es la comunidad quien nos evalúa y nos acredita, al igual que ocurre con los hoteles de TripAdvisor o los contenidos de Wikipedia.
La reputación online de nuestro yo 2.0 queda en manos de propios y extraños, y por ello quizás haya que aplicar filtros depuradores. En el caso de los endorsements las repercusiones son siempre positivas: digamos que se puede acreditar pero no desacreditar. Incluso si Linkedin nos sugiere confirmar a alguien en alguna skill pero lo desechamos, nuestra privacidad estará a salvo, ya que a la persona implicada nunca se le comunicará que no la hemos querido otorgar dicho reconocimiento.
Si bien, el sistema siempre es mejorable y, en la línea que apuntábamos sobre los filtros de depuración, no estaría de más implementar alguna capa de relevancia al estilo de lo que ocurre con el Page Rank. Dicho de otro modo, un algoritmo que distinguiera las confirmaciones que vienen de usuarios influyentes o expertos de otros que no lo son tanto, añadiendo a la acreditación de los primeros una plusvalía. Y es que no es lo mismo que Steve Jobs nos distinga como una eminencia en desarrollo web, a que lo haga Belén Esteban.
Finalmente, cabe decir que se presupone que la objetividad y la veracidad es quien sale ganando en todo esto. Aunque quizás haya que esperar un poco más para comprobar que no se produce un intercambio interesado de endorsements que pueda llegar a desvirtuar el sistema. En todo caso, un cliente satisfecho o un colaborador habitual siempre podrán mostrarnos su respaldo, y con ello contribuir a que optemos a más y mejores oportunidades de trabajo.
Qué opináis vosotros, ¿pensáis que los endorsements añaden un plus de calidad a las redes profesionales? ¿O por el contrario creéis que es un sistema que aún debe mejorar para ser realmente efectivo?